LIDERAZGO COHERENTE
Cuando hablamos de Liderazgo, hablamos de la capacidad o competencias que facilitan que una persona que gestiona un equipo o proyecto, pueda influir en otras personas promoviendo su desarrollo, empoderamiento, el trabajo en equipo y la consecución de logros.
El liderazgo no te lo otorga tu puesto. Si bien lo voy a centrar en las personas que lideran organizaciones y equipos, también se da en personas que de manera natural y aunque no tengan el rol formal de líder, son personas que movilizan e inspiran a otr@s.
Bajo mi punto de vista y mi experiencia, la coherencia es una de las características clave que debe de mostrar un líder.
Como le escuché una vez a un antiguo colega de proyecto, lo normal es que tod@s cometamos alguna incoherencia a lo largo del día, sin embargo, en lo esencial tienes que mostrar coherencia ante tus colaboradores. Si no lo haces, pierdes la confianza, el compromiso y la credibilidad.
La coherencia tiene que ver mucho con el ejemplo.
¿Cómo podrás pedir a otras personas lo que no eres capaz de dar tú?
En éste punto permíteme que comparta contigo una historia que Gandhi contaba para hablar de la importancia de liderar con el ejemplo:
“En una ocasión una madre llevó a su hijo ante Mahatma Gandhi con la esperanza de que este le ayudara a resolver su problema. La madre estaba muy preocupada porque su hijo estaba comiendo demasiada azúcar y ella temía que pudiera enfermar si no ponía remedio pronto a su adicción.
Así que puso su esperanza en aquella visita en la que pidió a Gandhi que le dijera a su hijo que dejara de comer azúcar. Pero para sorpresa de la mujer, este le respondió que no podía decirle eso a su hijo en esos momentos y le indicó que volviera de nuevo con su hijo dentro de dos semanas.
La mujer volvió a casa decepcionada ya que había recorrido un largo camino y no había obtenido lo que necesitaba. Sin embargo, confiaba en la sabiduría de Gandhi así que dos semanas más tarde volvió a llevar a su hijo ante él.
En esta ocasión, Mahatma Gandhi miró al niño y con seguridad pero benevolencia a la vez y le dijo: “Hijo, no comas tanto azúcar”. Ante lo cual el niño aceptó el consejo. La madre miró agradecida y a la vez perpleja a Gandhi y le preguntó: “¿Por qué debió esperar dos semanas para decírselo si podía haberlo hecho la primera vez que lo traje?” Y el sabio le contesto: “Porque hace dos semanas, yo también estaba comiendo azúcar.”
Antes de liderar, debes de autoliderarte. Eso sí es coherente, porque no puedes desarrollar y empoderar a otr@s si tu antes no has realizado ese importante trabajo de autoconocimiento, trabajo personal y de desarrollo.
En este momento, déjame que te cuente una historia real y que viví no hace mucho tiempo. Te pongo en contexto: Tras un largo año de asumir retos y desbordada por una jornada laboral de más de 12 horas diarias con la consecuente repercusión en mi salud y estar intentando llegar a todo, incluso para realizar funciones para los cuáles no tenía conocimientos y para las que solicité en varias ocasiones apoyo, etc., decidí de manera transparente y basándome en la comunicación (que para mí es esencial si queremos evitar la mayor parte de los problemas en las organizaciones y en la vida) hablarlo con mi responsable, el líder del proyecto y de la organización cuyos valores y propósito están en la línea de las personas en el centro.
Tras un largo silencio, aguantando estoicamente la larga argumentación y expresión por mi parte de cómo me sentía y que necesitaba su apoyo y soluciones para no continuar en esa situación, la respuesta desde el otro lado fue: “Lo siento Ana, pero es que a mí no se me dan bien las personas”; perdona? Mi cara de póker ante lo que acababa de escuchar. O sea, que tu lideras un equipo de personas y la esencia de tu labor es acompañar, escuchar, apoyar, servir y desarrollar a tus colaboradores y me dices que no se te dan bien?
Ejemplo de cero coherencia.
Ejemplo de cero valentía.
Ejemplo de cero interés por mejorar o cambiar.
Si resulta que te cuesta comunicarte con otros, que no tienes inteligencia emocional y eres incapaz de sentir ningún tipo de empatía por las personas, siento decirte que te faltan muchas competencias para poder liderar nada. ¿Y sabes qué? ¡Que estamos de enhorabuena!. Si de veras te importase, podrías trabajar en esas cuestiones y llegar a mejorarlas, pero claro, es más cómodo decir que no se te da bien, desentenderte y a otra cosa.
Una persona que lidera una organización o un proyecto no tiene por qué ser la persona más inteligente, la que sabe hacerlo todo o la que más eleva el tono de voz. Será la que inspire a los demás, no sólo realizando acciones ejemplificantes, sino también siendo ejemplo.
Y para ser ejemplo… ¿por qué no empezamos asumiendo nuestras limitaciones, nuestras áreas de mejora y nos comprometemos a desarrollarnos y mejorar?. Ser vulnerable y mostrarlo a los demás no te hace menos líder, todo lo contrario, inspira y genera mayor compromiso y conexión con tus colaboradores.
Un líder es una fuente de inspiración y aprendizaje para los que le rodean. Desarrollemos por tanto comportamientos y actitudes excelentes en otr@s, partiendo de un liderazgo coherente y creíble. Que lo que digas, pienses y representes, esté alienado con lo que haces.
Lideras, influyes e inspiras, a través del ejemplo.