BIENESTAR ORGANIZACIONAL COMO VENTAJA COMPETITIVA
La temática con la que inicio mi blog no es casual, está muy pensada. Podría hablar de diversos temas relacionados con la gestión y desarrollo del talento, la empleabilidad, el mercado laboral tras la crisis de el covid19 u otros, pero quiero iniciar esta aventura de compartir a través de mi casa digital con algo tan necesario y a la par, tan controvertido como es el bienestar en el trabajo.
Tras mi trayectoria profesional trabajando en el Área de Personas y Gestión del Talento y desde diferentes perspectivas, si organizara las diversas piezas de mi puzzle (valores, competencias, conocimientos, formaciones, etc.), lo que conecta directamente con mi propósito sería: Contribuir en la creación de las condiciones y el entorno necesario para empoderar a las personas y que sean capaces de dar lo mejor de sí, desarrollándose personal y profesionalmente. Generar espacios donde estar-BIEN. De ahí, comenzar por aquí.
Los que gestionan el Área de Personas y los líderes de las organizaciones, tienen una responsabilidad: crear las condiciones necesarias para que las personas que forman dicha organización estén bien. Porque no sé si sabéis la relación, pero cuando nos sentimos bien, pensamos bien y lo más probable es que actuemos bien. Esto quiere decir, que cuando yo me siento escuchada, reconocida, motivada, en un clima y ambiente de trabajo saludable y de crecimiento mutuo, puedo contribuir al propósito de la organización, me siento bien y esto, correlaciona directamente con mi productividad, con mi capacidad de crear, aportar y, por tanto, con los resultados.
¿Qué pasa por nuestro organismo y cerebro cuando nos sentimos felices?
Brevemente te contaré, que cuando nos sentimos felices o estamos haciendo algo que nos gusta, segregamos endorfinas, éstas viajan de la médula espinal a través del torrente sanguíneo y cuando nuestro cerebro las detecta, tiene un efecto analgésico, disminuye el dolor, tenemos sensación de tranquilidad y bienestar.
Tu que me estás leyendo y lideras un equipo o un proyecto, ¿cómo crees que desempeñarán mejor las personas que trabajan contigo su trabajo?
Si se sienten bien, serenas, motivadas y en un espacio donde se potencien sus fortalezas y sus competencias o, si los domingos por la tarde al recordar que en horas tienen que ir a trabajar, tienen dolor de barriga.
Parece que eso del bienestar lo asociamos más al mundo “healthy”, vinculándolo más a la salud, lo físico, la nutrición, la estética e incluso el ocio y entretenimiento, pero poco con el mundo empresarial, las organizaciones, el trabajo o la productividad. Qué equivocados estábamos…
El bienestar en el trabajo, es una estrategia de futuro para cualquier organización que quiera sobrevivir y ser sostenible.
Para promover el bienestar corporativo, se tiene que trabajar la cultura de la organización e incidir en tres aspectos clave:
- Liderazgo.
- Procesos.
- Condiciones de trabajo.
Por tanto, como imaginaréis, se trata de un trabajo complejo y que dura un tiempo, aproximadamente de 3 a 5 años. Sin embargo, en un mundo que cambia tan rápido, la idea es ir sembrando semillas con pequeñas acciones, para tener pequeños feedbacks y de esa forma ir introduciendo la nueva cultura. Para ello, la agilidad tiene mucho que aportar, pero esto ya es tema para otro post 😉
Esta labor no es nada fácil, pues supone una transformación cultural de la organización y un cambio de paradigma laboral. Las empresas que apuesten por su mayor activo, las personas, difícilmente lo podrán conseguir sin una figura que los acompañe: El Chief Happiness Officer. No sé si conocías este rol dentro de las empresas; puede que te suene lejano, y ciertamente utópico, pero ya hay referentes en España y se empieza a tomar conciencia de que es una figura esencial.
El Chief Happiness Officer o traducido al castellano, Gerente de Felicidad o de Bienestar, se encarga de promover y liderar esta transformación organizacional. Y cuando digo liderar, no significa que sea la única persona que se preocupe por esto, pues es tarea de toda la organización dicha transformación.
Cada uno de nosotros somos nuestro propio Chief Happiness Officer. La felicidad es algo subjetivo y está en nuestra mano, pero sí que podemos desde el Área de personas, ser generadores de un entorno de bienestar.
Y liderar e impulsar esta “revolución” es muy necesario, más cuando partimos de una cultura en la que residen varios mitos que no facilitan este cambio. Analicemos algunos de ellos:
- El bienestar en la empresa consiste en acciones aisladas y puntuales, para “ir a la moda” o para “salir en la foto”, véase tener una bandeja de fruta, poner un gimnasio en la empresa o hacer una actividad de team building sin tener definido el para qué, ni medir los resultados del mismo.
- El bienestar organizacional se debe de contemplar de manera holística e integral, contemplando todos los aspectos y debe de estar integrado en la estrategia de la compañía, deben de ser acciones medibles, y que haya coherencia en las acciones y resultados.
- El bienestar es una meta.
- El bienestar es un proceso y se construye y requiere de esfuerzo y compromiso. Y éste compromiso es por ambas partes. La empresa tiene la responsabilidad de aportar las condiciones para que sus trabajadores estén bien, pero ésta parte de la ecuación también tiene la responsabilidad y compromiso por parte de las personas que trabajan en la organización, porque la felicidad es una decisión personal. El entorno me puede ofrecer las mejores condiciones para mi bienestar, pero yo, tengo que querer entrenar y mejorarla.
- El bienestar no se puede medir ni ver el retorno de la inversión.
- Un plan integral de bienestar corporativo, tiene resultados medibles en:
- Aumento de la productividad.
- Aumento de la creatividad, intraemprendimiento, colaboración.
- Aumento de la satisfacción del cliente.
- Disminución de la rotación o absentismo laboral por causas físicas y psicológicas. etc.
La felicidad o bienestar no son conceptos nuevos, lo que sí es más novedoso es que mientras la empresa tradicional se centra en el beneficio económico por encima de las personas, esta nueva visión de empresas, se reinventan, son organizaciones con propósito, se basan en los valores y apuestan por la promoción del bienestar organizacional.
Estamos viviendo una transformación del bien tener, al bien estar.
Las futuras generaciones aprecian y valoran cada vez más el bienestar en el trabajo. Si quieres ser la mejor marca empleadora y atraer el talento, invierte en bienestar como valor diferencial para liberar el potencial y generar mayor compromiso entre los objetivos personales y los de la compañía.
Parafraseando a Víctor Hugo, no hay malas hierbas, sino malos jardineros. Apostemos por crear y generar en las organizaciones, una cultura en la que cuidar y hacer florecer a las personas.